Tiene
su origen a mediados del siglo XIX. Los crímenes y las investigaciones se
propagaron con el crecimiento de las ciudades. Los primeros relatos que
tuvieron este trasfondo se publicaron en revistas de gran tirada o en ediciones
económicas. Los magazines literarios de Estados Unidos publicaron policiales
con criticas morales hacia la sociedad que dieron origen al policial negro
(Hammet y Chandler).
Si
bien había relatos de crímenes anteriormente se considera a Los crímenes de la
calle morgue y La carta robada de E.A. Poe (1809-1849), escritos entre 1841 y
1843, como los primeros del género ya que aparece un detective que resuelve los
crímenes. Otros escritores siguieron con este tipo de relato: A. C. Doyle
(1859-1930); G.K. Chesterton (1874-1936). Este tipo de relato con un detective
que resuelve los casos persiguiendo pistas se lo llama policial de enigma.
A
partir de la crisis que vivió Estados Unidos en las primeras décadas del siglo
XX, surge un policial que denuncia la realidad de desocupación y corrupción y
los valores de esa sociedad. Este es el policial negro, cultivado por
Hemingway, Hammet y Chandler.
El policial de enigma
El
crimen cometido o los motivos son un misterio y deben resolverse como un
acertijo que a simple vista resulta hermético. Suele decirse que la acción, que
motiva la intriga, ocurre a puertas cerradas. Son muy importantes las pistas e
indicios que se esconden detrás de los detalles más accidentales.
El
detective del policial de enigma se presenta como la única persona que puede
resolver el caso. Generalmente es un amteur, un aficionado que investiga por
placer, desinteresadamente. Generalmente se presenta como un aristócrata rico y
soltero (por la misoginia que lo caracteriza). Interviene ante la falta de una
policia eficaz.
Es
erudito, analítico y observador. Toma el enigma como un desafío a su
inteligencia. Nunca sale a la calle a perseguir a un delincuente; solo escucha
testimonios, lee los diarios, examina el lugar de los hechos y a partir de esos
datos elabora una hipótesis y resuelve el caso.
Suele
tener un ayudante que funciona como un contrapunto (es torpe, lento, con pocas
luces) para hacerlo brillar. Este ayudante en algunos casos suele ser quien
narra los hechos. Son ejemplos de este tipo de detectives Sherlock Colmes, el
padre Brown, Flambeau, Dupin, etc.
En
este tipo de policial suele haber dos historias: una es la historia de la
investigación, del avance a partir de las pistas hacia la solución de los
hechos, la otra es la propia historia del crimen, que se reconstruye a partir
de los avances del caso. Muchas veces para acentuar el procedimiento aparecen
las pistas descartadas. La presencia de estas dos historias genera una actitud
del lector que compite con el siguiendo su propia investigación.
El policial negro
Lo
importante no es la investigación, ni la reconstrucción del crimen en sí, sino
la crítica a los valores de la sociedad vigentes, una sociedad que privilegia
el dinero a cualquier precio. Muchas veces la acción no pasa por los
procedimientos para resolver el caso sino en que hace el protagonista para
sobrevivir. En este caso el detective si sale a la calle por eso sus escenarios
son suburbios, callejones, barrios pobres, bares de mala muerte, etc.
El
crimen que se investiga no es refinado, es violento, conflictivo, arriesgarse a
investigarlos implica mucho peligro. Suelen ser delitos múltiples, como
tráfico, muertes por encargo y venganzas relacionados en una misma trama; y es
un reflejo de la propia violencia de la sociedad.
Las
historias son simples, con ambientación y atmósfera verosímil. La complejidad
está en los comportamientos de los personajes ante cada situación conflictiva.
Chandler proponía que la estructura debía ser simple y lineal con un final que
se haga claro en una simple acción. La narración es muy fluida, muchas veces
llevada adelante por una cantidad importante de diálogos que ponen en evidencia
los valores de los personajes.
El
investigador es lo que se llamaría un “duro”. Su trabajo se basa más en la
experiencia y la intuición que en la inteligencia. El es uno más en el mundo
donde suceden los hechos, no le es ajeno. Generalmente tropieza y se involucra
en la violencia de sus oponentes, aunque es incorruptible y encarna con su
actitud la crítica social en el relato. No es un aficionado sino que tiene
problemas económicos y generalmente trabaja por un sueldo en la policía o por
encargo.
Modificaciones modernas del género:
-Surge
el personaje del espía en el contexto de las guerras mundiales y la guerra fría
(Novelas de espionaje).
-Nuevos
modos de acción: lo que desencadena el accionar del protagonista suele ser una
amenaza en medio de una sociedad que lo vigila y lo controla.
-Algunos
críticos aseguran que el género está agotado, otros dicen que subsiste en otras
historias de investigaciones y búsqueda de la verdad.
EL POLICIAL EN ARGENTINA
Las
modificaciones importantes que se dan en el policial argentino son la figura
del comisario y la atmósfera local.
El
comisario es más cercano al detective del policial negro: Generalmente es
provinciano, usa el sentido común, recuerdan viejos casos con similitudes al
que lo tiene ocupado y cuenta su historia a un periodista o un escritor en un
bar.
Como
telón de fondo se da una pelea entre la verdad y la justicia que ponen en
cuestión los roles victima-victimario. En esto también se hace presente la
crítica a los valores de la sociedad.
Las
historias suelen estar enmarcadas. Esta es una característica del género desde
Poe, pero en el policial argentino suele ser estructural. El narrador se
desdobla en el detective y le cuenta la historia a un amigo y este la refiere.
CONVENCIONES DEL GÉNERO POLICIAL:
A) Causalidad y espacialidad
Según
Borges hay dos procedimientos para motivar la sucesión de hechos narrativos.
Uno real y natural que reproduce lo que pensamos en la realidad; y otro mágico,
ficcional, que opera por conexiones analógicas (aquí para que el lector crea se
debe inventar una serie de detalles que den cuenta de ese universo que se
quiere imponer). Ricardo Piglia afirma que estos procedimientos conviven.
Búsqueda
de la causalidad real en los procedimientos que llevan a la resolución del
enigma (¿Por qué lo mató?).
En
Walsh hay una carga excesiva de motivos por los que se mata, se respeta la
tradición del género. En la saga de Hernández es el dinero, en Laurenzi, la
venganza. Estos son los motivos más usuales. Aparecen además pasiones y
errores. Se puede hablar de una densa y plurideterminada motivación.
Motivación ficcional:
Cuidada
relación espacio-enigma: poner el acento en la especialización genera unas
resoluciones forzadas siguiendo un código del género que indica que todo debe
ser descifrado.
En
la saga de Laurenzi el cruce de las dos causalidades se da en la presencia de
monstruos, diablos, luz mala y en otros en una carta y una balsa rota.
En
el cuento “Simbiosis” aparece una causalidad verosímil (robo + deseo de curarse
+ error de interpretación) y una causalidad ficcional con la presencia de un
objeto de dos cabezas. Tiene mucha importancia la especialidad nacional para
entender la inocencia y la credulidad de los habitantes de Santiago del Estero.
El monstruo es también “lo otro”.
El
juego (ajedrez) tematiza las causalidades en tanto cada movimiento es causa del
siguiente. El enigma se espacializa con los movimientos en el espacio. Ya no
interesa la la identidad del asesino porque el crimen ocurre como motivado por
esos mismos movimientos.
Los
modelos de causalidad ficcional de Walsh son el artificio (Variaciones en
rojo), la creencia popular y el juego (en la serie del comisario Laurenzi).
B) El
detective y el narrador
El
detective presenta en Walsh el problema de la inexistencia de estos en el
imaginario argentino. Por eso aparece la figura del comisario.
Los
comisarios del policial argentino conservan tópicos deldel género como la
misoginia, la soledad, el hecho de narrar sus aventuras a un interlocutor. Una
de las diferencia es que está insertaen lo institucional, no asi en los
ingleses que la desprecian.
Una
de las tematizaciones típicas del género es la de la tensión entre la verdad y
la ley o la justicia. En el caso de Walsh, esta tematización, lleva a Laurenzi
a identificarse con el criminal y produce también un desdoblamiento en este,
que se descubre victimario porque antes fue víctima de la sociedad o de otro criminal.
Alcanza una dimensión humana muy profunda con esto.
Los saberes de los policías:
En
la etapa de Variaciones en rojo se repite el tópico del saber erudito y
librezco del policía (Hernández) que le permite develar el misterio
inductivamente.
En
el caso de Laurenzi es su experiencia lo que le permite acceder a la verdad y
es una experiencia basada en su deambula por distintos puntos del país. Tiene
un conocimiento profundo del alma humana.
El
relato enmarcado es característico del género desde Poe. El narrador se
desdobla en el detective y le cuenta le cuenta la historia a un amigo que la
refiere luego en el texto. La historia suele contarse en un bar (espacio de la
acción en los relatos argentinos.
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