viernes, 7 de marzo de 2014

Relato Realista

Durante el siglo XIX fue el canal de expresión de las desigualdades generadas por la expansión del capitalismo. Surge como contraposición a los excesos narrativos del Romanticismo y explora la atmósfera social de la época. Entre sus referentes podemos mencionar a Balzac (1799-1850), Dickens (1812-1870), Gorka (1868-1936), Tolstoi (1828-1910), Chejov, etc.
En ellos aparece una pintura fiel de los sectores medios y bajos, con un lenguaje verosímil. Es el narrador el que asume el rol de la denuncia social. Aparece un  nuevo modelo de héroe, ya que pueden ser ladrones, desposeídos, obreros, que van delineando lo que llegará a definirse como antihéroe.
Se esperaba una actitud en el lector, que después de leer esta literatura asuma una posición crítica respecto de la sociedad que se describe desde una alejamiento provocado por la deformidad, la exageración, el grotesco o el humor como ocurre, ya en el siglo XX, con Brecha (1898-1956) o Shaw (1856-1950).
En este tipo de cuentos son preponderantes las descripciones. Se desarrollan dos tipos de las mismas: las ornamentales, que servían para crear la atmósfera donde se desarrollaban los hechos (lo que se suele llamar el marco temporo-espacial), y las funcionales que aparecen vinculadas directamente a los acontecimientos. Una descripción minuciosa y objetiva profundiza la idea de distanciamiento afectivo.
Para profundizar el realismo se usan referencias concretas, un lugar preciso, la mención de fechas o de acontecimientos reconocibles, productos de una época. Estos datos son llamados informantes y sirven para darle marco al relato.

El cuento realista en Argentina

El movimiento realista en Argentina se desarrolla dentro del marco del realismo llamado naturalista. A partir de la influencia de los nuevos grupos sociales generados por la inmigración y por la generación del 80. Entre los escritores relaistas argentinos más destacados podemos mencionar a Roberto Payró (1867-1928), Fray Mocho (1858-1903), Manuel Gálvez (1882-1962), Eugenio de Cambaceres (1843-1888).

A partir de su surgimiento se genero un debate. Desde una posición se proponía que era necesario atenuar desde la literatura los efectos de la realidad; desde la otra se afirmaba que era necesario desnudarla. En su trasfondo era una polémica entre conservadores y liberales.

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